¿Cómo se conectan y protegen los padres y sus hijos en Internet? Hemos hablado con miles de ellos en todo el mundo para averiguarlo.
En diciembre de 2021 realizamos un estudio sobre creencias y comportamientos en torno a la vida digital entre miembros de familias conectadas, como individuos y como unidad familiar. Encuestamos a padres e hijos juntos, los padres respondieron primero y luego trajeron a sus hijos para que dieran su consentimiento y respondieran, lo que nos permitió obtener resultados representativos de familias conectadas de diez países distintos.
Gracias a este estudio, pudimos analizar ciertas creencias universales sobre la protección online, además de varios matices que revelan tensiones subyacentes entre padres e hijos cuando se trata de garantizar la seguridad de su vida digital.
En este estudio se han presentado cuatro temas generales y cada uno de ellos ha aportado varias conclusiones. A continuación, echaremos un vistazo a cada uno de los temas y trataremos algunos de los hallazgos encontrados, seguidos de un vínculo en el que se puede descargar el informe completo con todos los análisis y tendencias.
Tema 1: Madurez móvil
Mientras nuestros preadolescentes y adolescentes se convierten en adultos ante la atónita mirada de sus padres, sus vidas digitales también van evolucionando hasta llegar a la edad adulta, gracias en gran parte a sus dispositivos móviles.
Nuestro estudio ha revelado que el uso que hacen los niños del móvil se dispara entre los 15 y 16 años, hasta el punto de acercarse a los niveles que mantendrán en la edad adulta. Sin embargo, sus vidas conectadas comienzan mucho antes, con los smartphones y los dispositivos móviles a la cabeza. El resultado es que la mayoría de los preadolescentes y adolescentes tienen hoy en día acceso a Internet en la palma de su mano, lo que les expone a una red más amplia, llena de aplicaciones, chats, entretenimiento y redes sociales, con todos los beneficios y riesgos que esto comporta.
En cuanto a los riesgos, los preadolescentes y los adolescentes nos contaron su experiencia con el ciberacoso, el robo de cuentas y el uso no autorizado de sus datos personales. En este contexto, parece que algunos niños ya estuvieron expuestos a estos riesgos a una edad temprana.
Si bien estas experiencias comienzan pronto con niños de 10 a 14 años, la exposición a los riesgos digitales no hace más que aumentar a medida que los adolescentes crecen. Entre los 17 y los 18 años, las denuncias de ciberacoso llegan al 18 %, los intentos de robos de cuentas, al 16 % y el uso no autorizado de datos personales, al 14 %.
Tema 2: Los padres como guardianes
En lo que respecta a la vida digital, los niños esperan que sus padres los protejan. Aunque los padres aceptan ese papel, nuestro estudio reveló que parecen tener dificultades para llevarlo a cabo.
Los niños dijeron que sus padres son los para enseñarles a protegerse en Internet, lo que les convierte en los claros ganadores en todas las categorías. Casi tres cuartas partes de los niños eligieron a sus padres, casi dos veces más que a los profesores de la escuela (39 %) y más del doble que los recursos online (34 %).
Si se analizan los motivos de esa respuesta con más detalle, el 63 % de los preadolescentes y adolescentes de todo el mundo considera que sus padres saben lo suficiente como para proteger su seguridad y privacidad. Esta cifra era más alta en los niños más pequeños (65 %) e iba disminuyendo al llegar a la adolescencia (55 %). Como se ha señalado anteriormente, un número cada vez mayor de jóvenes han experimentado los riesgos digitales en la etapa más avanzada de la adolescencia, lo que tal vez lleva a una menor confianza en que sus padres realmente tengan los conocimientos necesarios para protegerles.
Los padres reconocen su papel de protectores digitales, al igual que reconocen su responsabilidad a la hora proteger a sus hijos en el mundo en general. Un abrumador 90 % de los padres de todo el mundo coincide en ello. Al igual que sus hijos, los padres consideran que los profesores de la escuela también desempeñan un papel importante, con un 36 %. Sin embargo, el segundo lugar lo ocupan los proveedores de Internet, con un 41 %.
No obstante, aunque los padres dicen que se ven como protectores, hay una brecha entre la intención y los hechos. En cuanto a los ordenadores y portátiles, los padres informaron de las medidas de protección online que tomaron para sí mismos, que parecen relativamente bajas teniendo en cuenta la disponibilidad y la facilidad de uso de dichas medidas, como la instalación de un software antivirus (68 %), la protección del ordenador con una contraseña (58 %) o el uso exclusivo de tiendas online de confianza cuando compran (50 %).
Estas cifras bajan aún más cuando se les pregunta si toman precauciones similares para sus hijos. Es decir, que por muy poco que se protejan a sí mismos los padres, protegen aún menos a sus hijos.
Además, cuando se trata de la protección en los smartphones, las cifras son igualmente bajas, y a menudo inferiores a los porcentajes de protección de ordenadores y portátiles. Por ejemplo, mientras que el 56 % de los padres afirma proteger su smartphone con una contraseña o código de acceso, solo el 42 % dice hacer lo mismo con el de sus hijos, lo que refleja una diferencia del 14 %.
Tema 3: La vida secreta de los preadolescentes y los adolescentes en las redes
No es ningún secreto que los adolescentes y preadolescentes pueden ocultar sus actividades en Internet. De hecho, lo reconocen ellos mismos.
Nuestra investigación reveló que más de la mitad de los niños (el 59 %) toma alguna medida para ocultar lo que hacen en Internet. Cuando se les pidió detalles, mencionaron lo siguiente:
- Borrar el historial del navegador, el 26 %.
- Cerrar o minimizar el navegador cuando los padres entran en la habitación, el 21 %.
- Ocultar o eliminar mensajes instantáneos o vídeos, el 15 %.
- Navegar en modo incógnito, el 15 %.
- Mentir u omitir detalles sobre sus actividades en Internet, el 15 %.
- Utilizar un dispositivo que sus padres no controlan, el 10 %.
A medida que los niños crecen, estas actividades relacionadas con la privacidad no hacen más que aumentar, sobre todo cuando se trata de borrar el historial del navegador y utilizar el modo incógnito.
Asimismo, parece que no es ningún secreto que los niños hablan en privado por Internet con personas que no conocen en la vida real. A la pregunta de si creen que sus hijos mantienen conversaciones sin conocer la verdadera identidad de una persona, el 34 % de los padres respondió que sí. En cuanto a los niños, el 37 % dijo que sí, lo cual supone una mínima diferencia en cuanto a lo que los padres saben sobre sus hijos.
Desglosado por tramos de edad, el 36 % de los niños de 10 a 14 años dice tener estas conversaciones, que se elevan al 41 % entre los 15 y 16 años. Más adelante, entre los 17 y 18 años, esa cifra se reduce al 39 %.
Tema 4: Sesgo de protección por género
Los padres de nuestro estudio dijeron que toman medidas diferentes para los niños y las niñas cuando se trata de protección online. Un aparente sesgo de género hace que las chicas estén más protegidas que los chicos, aunque son estos los que se encuentran con más problemas en Internet.
El control de la seguridad de los menores en Internet adopta muchas formas, algunas de las cuales incluyen aplicaciones y software en sus dispositivos, mientras que otras requieren que los padres adopten un rol más activo.
En cuanto a la seguridad en los dispositivos, el software de control parental ofrece un método para supervisar las actividades online, con funciones que vigilan qué hacen los niños, limitan el tiempo frente a la pantalla, y bloquean y filtran determinadas aplicaciones y sitios web.
El software de control parental parece seguir siendo una opción popular. En los ordenadores y portátiles, el 33 % de los padres afirmó utilizarlo. En los dispositivos móviles, la cifra se mantuvo también en un 33 %.
Además, los padres afirmaron que confiaban en otros métodos para proteger a sus hijos, citando otras formas de supervisar el tiempo que pasan sus hijos en Internet. Por ejemplo, en el caso de la supervisión de las actividades en el dispositivo móvil de sus hijos, los padres dicen que hacen lo siguiente:
- Limitar el momento del día o la duración del tiempo que el niño pasa frente a la pantalla, el 59 %.
- Comprobar los sitios web o las aplicaciones que el niño visita o utiliza, el 56 %.
- Mirar los registros de llamadas o los mensajes de texto del smartphone que utiliza el niño, el 40 %.
- Ser amigo o seguir al niño en las redes sociales, el 35 %.
- Rastrear la ubicación del niño a través de aplicaciones o programas de GPS, el 30 %.
Sin embargo, teniendo en cuenta la edad y el sexo, surgen diferencias en el uso de los controles parentales. Las chicas en la preadolescencia y en los primeros años de la adolescencia cuentan con una mayor protección mediante los controles parentales que los chicos.
Por ejemplo, las niñas de 10 a 14 años eran más propensas que los niños de la misma edad a tener controles parentales en los ordenadores o portátiles en todos los países encuestados (excepto Canadá) y en los móviles en todos los países (excepto Alemania).
Esta tendencia se extiende a varios de los enfoques más prácticos, y en el caso de las chicas, con más frecuencia. Por ejemplo, en Estados Unidos:
- El 47 % de los padres afirma comprobar el historial de navegación y de correo electrónico de los ordenadores de sus hijas de entre 10 y 14 años. En el caso de los chicos de la misma edad, esa cifra es muy inferior, un 33 %.
- Las cifras de los dispositivos móviles fueron similares, con un 48 % para las chicas y un 35 % para los chicos.
Según los informes referentes a los chicos, estos son más propensos que las chicas a sufrir amenazas online de diversa índole con mayor frecuencia, con problemas que van desde el intento de robo de cuentas, la filtración de información financiera y el uso no autorizado de sus datos personales.
Paralelamente, son las chicas las que realizan actividades online a un ritmo mucho más rápido que los chicos, al menos en el móvil. Las niñas de 10 a 14 años tienden a escuchar música en streaming, utilizar las redes sociales y hacer compras online más que los niños de su edad.
En total, las chicas afirman que aprovechan las ventajas de la vida digital antes que los chicos y con relativamente menos problemas de seguridad. En cambio, para los chicos, esa ecuación se invierte. Sus vidas digitales maduran más lentamente, pero se encuentran con problemas de seguridad más a menudo.
Otras conclusiones
Hemos visto lo jóvenes que son los niños cuando alcanzan la madurez, al menos en lo que respecta a su vida digital.
A mediados de la adolescencia, utilizan ordenadores, portátiles y smartphones a un ritmo que se mantendrá hasta la edad adulta. Debido a ello, ya están experimentando algunos de los riesgos y problemas que sufren los adultos, como intentos de robo de cuentas, uso indebido de datos y filtraciones de información financiera.
Estas son algunas de las muchas tendencias que incluye nuestro informe completo sobre las familias conectadas. Otras revelan diferencias notorias entre países, como los que denuncian niveles altísimos de acoso en las redes o aquellos en los que casi el 100 % de los niños afirman utilizar un smartphone con regularidad. Otros resultados arrojan información sobre el tiempo que pasan frente a la pantalla, el uso de videojuegos y un desglose de las principales actividades online de los adolescentes, así como muchas otras formas en que las familias desarrollan su vida digital.
Haz clic aquí para obtener una copia completa del informe.
Metodología de la encuesta
En diciembre de 2021, McAfee LLC realizó un estudio sobre creencias y comportamientos en torno a la participación digital y la protección online entre miembros de familias conectadas, como individuos y como unidad familiar.
Se trata de una encuesta global de padres e hijos, en la que los niños responden junto a sus padres.
Encuestamos a padres e hijos juntos, los padres respondieron primero y luego trajeron a sus hijos para que dieran su consentimiento y respondieran.
Estos resultados son representativos de familias conectadas, no de grupos de individuos.
En el estudio participaron 15 500 padres de niños de entre 10 y 18 años de varios países, así como más de 12 000 niños.
La investigación fue realizada entre el 13 y el 29 de diciembre de 2021 por MSI-ACI a través de un cuestionario online a 15 500 padres y 12 057 niños de 10 países.